Entrega, groove y oficio. La que tienen el joven cubano Cimafunk fundiendo la música de su país con el funk y el veterano músico neoyorquino Marcus Miller destripando los secretos del jazz más aventurado. Por edad bien podrían ser hijo y padre, pero esa diferencia de edad apenas se notará cuando irrumpan sobre el escenario de Noches del Botánico.
Marcus Miller
Marcus Miller es un veterano músico de Brooklyn, con más de 30 años de carrera, catorce álbumes a su nombre y dos premios Grammy, que ha puesto su bajo al servicio de grabaciones de Miles Davis, Luther Vandross o David Sanborn, y ha colaborado con Aretha Franklin, Roberta Flack y Grover Washington Jr. ¿Un secundario de lujo? Sin duda. Pero también productor y protagonista de una carrera en solitario sin desperdicio, que de momento tiene su último capítulo en el elegantísimo Laid black (2018). Un músico con muchos galones.
Cimafunk
A Cimafunk le llaman el James Brown cubano por su manera de fusionar la música cubana con el funk, una mixtura similar a la que proponía el mismísimo Carlinhos Brown cuando debutó. Erick Alejandro Rodríguez, también bautizado como el dios de ébano por Fito Páez, es otro músico capaz por sí solo de comerse el escenario a bocados. El alimento (2021) fue su último y febril disco, en el que lucía colaboraciones tan de postín como las de Cee Lo Green, Chucho Valdés o Lupe Fiasco, y el que le granjeó ser ya una de las presencias más destacadas en la última edición de Noches del Botánico, con un concierto que dejó al público con la boca abierta.